2.4. Los factores humanos en el diseño universal
Para incorporar los determinantes humanos a la estrategia que promueve el diseño universal, Steinfeld y Maisel establecen relaciones conceptuales entre los principios anteriores y algunas de las disciplinas que articulan aspectos relacionados con los factores humanos. Basándose en la capacidad de las personas para realizar tareas y actividades, establecen relaciones referenciales con disciplinas como la antropometría, la biomecánica, la percepción y la cognición para asimilar a cada una de ellas algunos de los objetivos principales del diseño universal:
- La antropometría se tiene en cuenta para lograr que los objetos se ajusten o adapten al máximo número de usuarios posible. Es importante incorporar datos sobre las características del cuerpo humano, en reposo y en movimiento. También es importante valorar las habilidades físicas y manuales de los usuarios (body fit).
- La biomecánica ofrece conocimientos sobre cómo actúan las fuerzas y las articulaciones del cuerpo humano en reposo y en movimiento. El objetivo es proporcionar confortabilidad y comodidad en el uso de las cosas y de los entornos en función de las capacidades y límites de las funciones corporales.
- La percepción nos permite tener conciencia de todo aquello que nos rodea en relación con nuestro propio cuerpo. Nos ayuda a posicionarnos y orientarnos en el medio ambiente y además nos proporciona los medios para captar la información del exterior por medio de los estímulos.
- La captación y la interpretación de la información a nivel cognoscitivo. Gracias a nuestro entendimiento podemos articular y establecer conexiones entre nuestro pensamiento, la memoria y los procesos de aprendizaje. Estos procesos cognitivos nos ayudan a elaborar las representaciones conceptuales que construimos de todo aquello que nos rodea.
Las relaciones conceptuales establecen una relación directa entre los objetivos del diseño universal y las disciplinas y ámbitos de estudio, por un lado, y aspectos relacionados con las dimensiones culturales y sociales de las personas, por otro. Entre los objetivos que se enmarcan en estos aspectos comunes destaca: el bienestar, la integración social, la personalización y la identidad cultural. Focalizar la atención en estos objetivos permite abordar y asumir las diferencias personales, sociales y culturales de las diferentes comunidades. Se busca una propuesta de diseño integradora que procure respetar y reforzar los valores culturales y del contexto social y ambiental de cualquier proyecto. Se trata, en definitiva, de incorporar al diseño aspectos relacionados con la propia comunidad de individuos, entendiendo las normas y reglas que configuran las costumbres y valores sociales.
En la siguiente figura se relacionan los principios del diseño universal con algunos de estos valores. Vemos cómo cada uno de los principios puede relacionarse con diversos objetivos a la vez, ofreciendo guías a los diseñadores para orientar su implementación. Podemos observar que no todos los principios son aplicables para todos y cada uno de los objetivos del diseño. En este sentido es importante destacar que los principios no se pueden generalizar a todos los contextos. Habrá que conocer los procesos de diseño y las circunstancias de cada caso, teniendo en cuenta, también, aspectos económicos, productivos y de tipo cultural.