1.2. Diseño del medio
Entre los mecanismos que ha utilizado el hombre para adaptarse al medio y obtener los recursos necesarios, Williams sintetiza un conjunto de procedimientos que hemos usado para aprehender el medio en el que vivimos. Unos procedimientos ligados directamente a la propia naturaleza humana que se basan en la manera en que percibimos el mundo, en cómo vehiculamos el conocimiento que somos capaces de extraer con nuestro razonamiento, en cómo aplicamos este conocimiento a los medios disponibles y transformamos nuestra realidad. Gracias al concurso de las manos somos capaces de realizar nuestros pensamientos, materializar y elaborar instrumentos que respondan y ayuden en la ejecución de nuestras actividades. Williams utiliza el término mutaciones para denominar estas transformaciones de la realidad. Unos procedimientos o secuencias que utilizamos las personas para adecuar y adaptar los usos y funciones de las cosas de nuestro alrededor, en definitiva, unos cambios que impulsamos por medio de la asignación de un determinado valor y significado a las cosas que nos rodean.
Estas secuencias «funcionales» surgen, por un lado, de la interpretación de nuestro entorno, y por otro, de la constatación de las necesidades que derivan de un contexto determinado. La necesidad, en una primera fase, constituye el impulso que precisan las personas para buscar soluciones, formalizar respuestas y obtener resultados. Las expectativas, una vez superadas las necesidades naturales, surgen como propuestas que asumen e incorporan los ideales que sustentan las culturas y las sociedades. Williams diferencia los siguientes procedimientos en la configuración del mundo artificial:
- mutación primaria,
- mutación libre,
- mutación de sustitución,
- mutación cruzada,
- procesos de creación y difusión.
Este conjunto de procesos de transformación del entorno se sigue aplicando y reproduciendo en nuestra vida cotidiana. Constituyen los mecanismos que utilizamos para interpretar la realidad, adaptándola mediante las soluciones que somos capaces de aportar.
Mutación primaria. Una de las primeras actividades que realizamos, gracias al conocimiento de nuestro entorno, consiste en descubrir y seleccionar aquello que consideramos adecuado para realizar nuestros actos. Descubrir y conocer nuestro entorno constituye el paso previo a la selección de un determinado objeto para interactuar. En el proceso de «descubrir» interviene:
- nuestra captación de la realidad,
- la comprensión formal y sustancial del objeto,
- el proceso cognitivo que le otorga significado.
La selección de un objeto en el que entrevemos un cierto sentido constituye una oportunidad para participar en nuestras experiencias, y también uno de los primeros actos de transformación de significado. Un proceso que, para Williams, se completa con la alteración o transformación del objeto original para que cumpla mejor con las demandas de los individuos. Este proceso de descubrimiento, selección y elaboración se denomina mutación primaria. Un proceso que tiene como finalidad la obtención de un objeto que facilite las acciones que queremos realizar.
Mutación libre. La necesidad de adaptar la forma y configuración de los objetos al uso que hacen los individuos marca el inicio del siguiente proceso de transformación. La denominada mutación libre intenta mejorar la eficacia del objeto o el uso del instrumento. El proceso de mejora parte de la información que procede de la interacción con la herramienta. Una información que se utiliza como recurso de transformación. La elaboración de un objeto para ajustarlo y adaptarlo a su forma de uso implica formalizar el conocimiento surgido de la propia experiencia en beneficio de la configuración del objeto. En la mejora de la función del objeto intervienen el conocimiento de la propia acción o uso y cómo participa el individuo (física e intelectualmente) en el proceso de ejecución.
Sustitución de materiales. Una exploración detenida del entorno permite ampliar el conocimiento cualitativo de las cosas que nos rodean: superficies, texturas, dureza, fragilidad, resistencia. Cualidades o propiedades de los materiales que constituyen las cosas y que conocemos principalmente mediante el uso de los objetos. Esta información permite valorar cómo participan las cualidades de los materiales en la eficacia y uso de los objetos. El desarrollo tecnológico y el descubrimiento de nuevos materiales han propiciado a lo largo de la historia la sustitución de unos materiales por otros. La elección del material ha dependido de sus propiedades intrínsecas para adecuarse a las funciones y prestaciones que se exigían a los objetos, pero en la mayoría de los casos el concepto y la forma del objeto sigue orientándose por los modelos precedentes. La sustitución o reemplazo de un material por otro ha estado presente en el mismo proceso evolutivo que ha transformado nuestro entorno natural.
Para Williams, los tres procesos anteriores –mutación primaria, libre y de sustitución– precisan del concurso de un conjunto de habilidades y capacidades humanas. El desarrollo de la observación y la visión selectiva de las cosas que nos rodean, la capacidad de razonamiento y de conocimiento del material con el que se trabaja, la participación de la mano y del cerebro, la destreza visual y la coordinación del aparato locomotor para manipular las cosas son algunos de los procesos que participan en este tipo de transformaciones. Estas tres secuencias funcionales nacen directamente de las capacidades y habilidades humanas y, por ello, han articulado la evolución del mundo artificial y siguen estando presentes en nuestra práctica cotidiana.
Los procesos que el hombre ha utilizado para seguir en su proceso de generación, transformación y adaptación del mundo artificial han necesitado del concurso de un conocimiento más amplio de las posibilidades del entorno y de la combinación de ideas y de tecnologías. La denominada mutación cruzada hace una adaptación de posibilidades conocidas de un artefacto a otro combinando recursos y posibilidades funcionales. Este tipo de transformación integra los conocimientos que nos brindan distintos objetos para combinarlos o readaptarlos en una nueva propuesta.
La comprensión más profunda de la realidad también se refleja en el siguiente proceso de transformación que es esencialmente creativo. La creatividad, bajo esta perspectiva, implica tener una gran cantidad de información de todo aquello que nos rodea, ser capaz de ver cuáles son los elementos comunes que presentan las cosas e interrelacionarlos adecuadamente para generar un elemento nuevo que ofrece nuevas y mejores posibilidades para actuar. En ambos procesos, mutación cruzada y creación, las ideas que preceden a la generación de nuevos objetos surgen y dependen, a la vez, del proceso de comprensión de la información sensorial que recibimos de nuestras experiencias y del conocimiento de las tecnologías y procesos de fabricación de los utensilios.
Gracias a la capacidad de entendimiento de nuestra interacción con las cosas los individuos pueden realizar y desplegar sus actividades en función de su capacidad de movimiento, las posturas y posiciones que adoptan y manipulan los elementos necesarios para dar forma a las cosas. Unos procesos en los que los avances tecnológicos y productivos estructuran los métodos y condicionan los resultados. Como afirma Williams (1986), la tecnología puede ser una barrera o un facilitador del uso de los nuevos productos.
No debemos olvidar que en todos estos procesos de cambio y de transformación del medio también intervienen un conjunto de factores sociales y culturales que forman parte de la propia idiosincrasia de los seres humanos como especie. Los seres humanos son gregarios por naturaleza, comparten y transmiten los conocimientos que van adquiriendo y descubriendo con sus semejantes, mediante procesos de comunicación que fomentan la enseñanza y el aprendizaje entre individuos. Gracias a estos procesos de intercambio y de comunicación se establecen un conjunto de lazos que integran y cohesionan, social y culturalmente, los individuos de una comunidad.
Cuando se producen intercambios de conocimientos entre diversas comunidades de orígenes culturales y sociales distintos, se genera un proceso de transmisión y de difusión de conocimientos que enriquece a todos los que participan en el proceso: una hibridación cultural, tecnológica y productiva entre comunidades que comparten conocimientos y experiencias. Pensemos por un momento cómo las tradicionales migraciones humanas han fomentado estos intercambios de conocimientos entre culturas y sociedades distintas y alejadas geográficamente. Si nos trasladamos a la actualidad podremos distinguir procesos de difusión en las redes de comunicación que facilitan el intercambio de conocimientos e ideas entre todos los individuos del planeta fomentando el concepto de globalización.